Tú siempre vuelves a confiar en mí
ella pensaba que Dios se cansaba
de escuchar sus oraciones
de promesas frágiles
una y otra y otra vez
ella le prometía que cambiaría
que cambiaría sus pensamientos inconsistentes
por sus pensamientos divinos
pero cuando sentía
que estaba próxima a lograrlo
le volvía a fallar
y entonces su mundo se venía abajo
y se encerraba en las cuatro paredes de su habitación
los amaneceres y atardeceres ya no la emocionaban
ni el café, ni la hora de su té
ni el color amarillo
en los tulipanes de la primavera
ni Chopin, ni Debussy
se sentía culpable
se sentía despreciable ante su creador
pero un día conoció la verdad
y sintió que su gracia
la gracia de su Padre
la abrazaba
aún en medio de sus flaquezas
aún en las noches Él la visitaba
y la aconsejaba
y le enseñaba a su conciencia
le costaba entender
cómo alguien
la podía amar tanto
después de ver sus imperfecciones
después de conocer la fragilidad de sus promesas
entendió que Dios
se complacía en entenderla
en amarla
y aceptarla
tal cual era
se preguntaba
cómo alguien
podía amarla tanto
cómo alguien
podía amarla
con amor inquebrantable